Gálatas 3: «Timeout»

«Sólo esto quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber oído con fe? ¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado en el Espíritu, ¿ahora terminaréis en la carne?» Gálatas 3:2-3

Esta semana ha sido bien ocupada en la casa de la Familia iglesias. Isabella e Israel los dos han estado enfermos y no siempre soy piadosa cuando me toca cuidar de los demás. Durante nuestras vacaciones «caseras», me encontré muchas veces desesperándome con el comportamiento de nuestra niña de un año. Cada vez que se portaba mal la poníamos de «castigo», lo cual incluía un tiempo a solas para meditar en lo que había hecho. A la edad de 19 meses, le parecía genial ir de «castigo». Después de portarse mal ella misma con alegría anunciaba «castigo, castigo» o en ingles timeout, timeout.

«No Bella, timeout no está supuesto a ser algo bueno, solo pórtate bien y no tienes que ir a timeout». Pero ella con ansias iba a su lugar de timeout mientras intentábamos no reírnos de sus ocurrencias. Lo que no es muy gracioso es cuando los cristianos hacemos lo mismo con la ley de Dios y nos llevamos una y otra vez de «castigo» por el mismo pecado. Pablo está bastante apasionado en este capítulo de Gálatas y les insiste a que evalúen sus vidas y caminar cristiano. Ellos (al igual que nosotros) habían sido salvos por gracia pero ahora estaban viviendo con la culpabilidad y el yugo de la ley para ser santificados. Pablo les pregunta, ¿habiendo comenzado en el Espíritu (creyendo por fe) ¿ahora terminaréis en la carne? Es decir, ahora iban a creerse la mentira de que Dios los santifica basado únicamente en su rendimiento moral.

Al igual que mi pequeña niña yo también busco penitencias y castigos que no pertenecen al nuevo pacto de mi salvación. Busco con ansias establecer patrones, reglas, sistemas y parámetros que me aseguren caminar en el Espíritu. Cuando fallo en cumplir lo propuesto, no corro a buscar gracia para perseverar sino prometo no volver a pecar y una vez más busco la solución en la ley en vez de en Cristo. El evangelio que recibimos no solamente nos salva, también nos santifica. Esto es algo revolucionario en mi corazón legalista que se inclina hacia reglas aún cuando sé que el evangelio es lo único que nos transforma. Los de galacia, habían comenzando creyendo en la salvación por fe pero al seguir en su vida cristiana se creyeron la mentira de que no agradaban a Dios al menos que cumplieran ciertos ritos y mandamientos. La ley no nos pudo salvar y de seguro no nos puede transformar.

“¿Tan insensata eres Marby?”, me diría Pablo. ”Es el poder que resucitó a Cristo de los muertos el mismo que vive ahora en ti y te puede transformar.” Cuando estoy deprimida o desanimada, no basta con mirar a la ley para animar mi corazón. La ley solo me enseña cuan pecadora soy… ¡nada más! Pudiera leerme varios libros que me animen superficialmente o memorizarme todos los versículos acerca del gozo pero al menos que mi corazón esté cautivado por Cristo, no podré tener verdadero gozo. Lo mismo va con cualquier otro pecado que estés atravesando, el evangelio mira la ley pero seguidamente mira la cruz y es allí donde halla la gracia y el socorro para el momento oportuno.

En mi terquedad me encantaría tener un par de reglas que yo pueda controlar… y no necesitar tanto de Cristo. Cuanto anhelo ser independiente hasta en mi crecimiento espiritual. Pero el evangelio nos libra de intentar lo imposible (ser santificados por reglas) y nos da el poder para cambiar. No sé lo que estás atravesando hoy o que culpabilidad estés arrastrando pero una cosa sí se, y es que Cristo nos transforma cuando nuestro corazón está rebosando de fe y amor hacia él. Eso es lo más importante y lo que en su tiempo producirá el fruto de obediencia. Tim Keller lo explica de esta manera, «Necesitamos entender que la raíz de nuestra desobediencia se encuentra en las diferentes formas en la que buscamos controlar nuestras vidas por medio de sistemas de auto-justicia. Lo que necesitamos hacer es regresar una y otra vez al evangelio de Cristo crucificado para que nuestros corazones estén más profundamente apoderados de la realidad de lo que él hizo y quienes somos en el»

Así que si hoy te sientes llena de culpa y ansiedad, tal vez necesitas salir de timeout y mirar hacia la cruz, en donde tenemos todo lo necesario para triunfar.

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