Cuando estaba embarazada, me pasaba horas mirando páginas de madres sugiriendo los mejores y más útiles juguetes y accesorios para un bebé. Como madre primeriza, yo absorbía todo como un hecho y hasta tomaba notas para asegurarme que no le faltara nada a mi pequeña bebe. Todo se trataba acerca de tener más…la cama para cuando viajes…la cuna portable para la casa de los abuelos, 20 medias, 500 zapatos. Etc. Bueno tal vez exagero pero realmente eran listas largas y llenas de “cosas necesarias” para asegurar nuestra sobrevivencia.
Ahora, 7 meses después el volumen de cosas que tiene Isabella (mi bebe) es insuperable e increíblemente difícil de manejar. He descubierto que más cosas no hace mi vida más tranquila sino menos. Entre más tengo que organizar, guardar y recoger menos tiempo tengo de disfrutar de lo tengo y de mi hija. Tener mas no es tener más felicidad, esta es la mentira del consumismo de nuestro país y de la sociedad en la que vivimos. Así que he comenzado en un proceso de “reducción”. Reducción de lo no esencial y organización de lo restante. Estoy convencida que Dios desea que yo sea buena mayordoma de lo que tengo y tener demasiado hace esta tarea muy difícil de completar.
Les mantendré al tanto del progreso. Esta semana comencé con lo de Isabella. Principalmente porque ella tiene tantas cosas que me ha sido prácticamente imposible mantener el orden de todas sus ropas, juguetes y accesorios.
1- Primero, saque toda su ropa y la puse sobre la cama. ¡Si toda! A Isabella le han regalado mucha ropa y es una niña bendecida en ese sentido. Es difícil decir que no un bello vestido rosado pero en realidad cuando quiero vestirla, es difícil escoger cuál de los 20 vestidos rosados va a usar y siempre termino poniéndole el mismo. Así que lo puse todo sobre la cama (la foto abajo solo enseña la mitad de su ropa)
2- Después, clasifique la ropa de ella por tipo de ropa. Por ejemplo, coloque todos los pantalones, vestidos, roponsitos, baberos, medias, sayas y chores en categorías diferentes y las clasifique.
3- Una vez que cada “clase de ropa” estaba clasificada, escogí cuanto de cada cosa le haría falta. Esto es lo principal. Debemos de ser objetivas con referente a esto. Yo sé que no quiero lavar todas las semanas así que saque 10 cosas de cada tipo. Me imagino que para cada familia, este número “mágico” puede variar pero este fue el mío. Cuando escojas cuanto necesitas de cada cosa piensa en cuan a menudo quieres usar la misma ropa. Recuerda que más no es mejor así que no pienses que entre más cerca estés del “infinito” mejor. Menos=más tiempo=más organizado
4- ¿Ahora como escogemos con que quedarnos? Para la ropa de Isabella fue fácil (no creo que lo sea para la mía). Escogí la ropa que le han regalado los hermanos de la iglesia y es mas nueva. En el proceso descubrí mucha ropa que ni recordaba que ella tenía. En general, es bueno escoger colores variados y estilos variados. Si todos los pantalones son rosados, será difícil combinarlo con las blusas verdes y azules.
5- ¿Y qué pasa con el resto? Con el resto de la ropa lo dividí en 4 grupos (cada grupo con varios artículos de cada clasificación) y lo prepare para regalar a algunas mamas que conozco que necesitan ropa para sus bebes (dos de ellas viven en Cuba). Es increíble pensar que más del 70% de la ropa de Isabella puede bendecir a 4 familias más.
De las 4 gavetas que tenía llena de ropa, solo queda una y media y ahora es mucho más fácil de organizar y manejar. Cuarto familias serán bendecidas, mi niña lucirá linda y tendrá a una mama más tranquila. Todavía nos queda mucho por simplificar en nuestro hogar. Me encantaría escuchar que piensan acerca del tema. ¿Han organizado su casa recientemente? ¿Qué creen ustedes que es la razón que acumulamos tanto?
Hasta la próxima reducción…