Gálatas 1…La Gracia: El Regalo Perfecto

Lectura: Gálatas 1

Me asombra que tan pronto se hayan alejados ustedes del que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.» Gálatas 1:6-7

¿Alguna vez ha comprado algo por el internet? Conozco a muchas personas que lo hacen a menudo con éxito, pero para mí es rara la vez que sea una experiencia gratificante. Hace unos años, se me ocurrió la magnífica idea de comprar todos los regalos de Navidad por el internet. Me parecía algo realmente lógico y practico. Especialmente porque ir de compras no es una de mis actividades favoritas. Cuando llegaron las cajas por el correo, no eran lo que esperaba. ¡Que decepción! Y con solo varios días antes de las Navidades, me encontré uniendo regalos para «mejorarlos». Después fui a la tienda para completar mi lista de compras… justo durante los días festivos. Definitivamente fue una de las navidades más estresantes que haya tenido.

Los Gálatas, habían recibido un regalo magnifico… completo y estupendo, el evangelio. Éstas iglesias fueron fundadas por Pablo en su primer viaje misionero y su doctrina era pura y llena de gracia. Pero por causa de algunos falsos maestros, el regalo del evangelio dejó de lucir como suficiente para salvarlos. Al igual que mi regalo de última hora, los gálatas comenzaron a mejorar su «salvación». Pero a diferencia de mis pésimas habilidades de compras, este regalo era perfecto y no necesitaba nada más. Cuando Cristo me salvó a mí y a ti, no demandó una lista de requisitos para ganar su favor. No hay peligro de devolución con el regalo de la salvación. Cristo no te dijo que tu salvación y aceptación ante  él sería dependiente de tu comportamiento. Tampoco se lo había dicho a los de Galacia.

La palabra griega para «gracia» usada aquí es charis, la cual significa un «acto de bondad inmerecido» y es la forma en la cual Pablo nos recuerda que todo lo que tenemos en Cristo no puede ser ganado ni mejorado. Es tanta bondad, que no se puede repagar.

Cada vez que estamos afanados obrando para agradar a Dios… él nos dice, en Cristo están completos. Cada vez que terminamos abrumados por nuestro propio pecado y fallas, él nos recuerda, en Cristo todo has sido perdonado. Cuando tu corazón se llena de orgullo al ver tus logros, él nos exhorta a buscar nuestro gozo en lo que Cristo logró en la cruz. El evangelio por medio de la gracia nos libra de la culpabilidad y del orgullo, nos enseña un camino mejor. Un camino que nos lleva a la obediencia por causa de nuestro agradecimiento en vez de para probar nuestro rendimiento. Aunque nuestro corazón busca algo tangible para demostrar nuestro valor, la cruz nos quita ese peso de encima y nos ayuda a vivir por medio de los méritos de alguien superior. Hoy en día hay varias versiones del «evangelio diferente» que menciona Pablo, por ejemplo:

1- El primer evangelio «diferente» es que somos salvos únicamente si nos «rendimos» a Cristo y si le «damos nuestra vida a Él». Aunque suena piadoso y bíblico al principio, esto reversa el orden del evangelio. Romanos 10:9 resume el evangelio en esto «que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo». Aunque la rendición de ciertas áreas de nuestra vida es un fruto de nuestra salvación, no es lo que nos salva. Tampoco perderemos el regalo de la salvación en los momentos de nuestra vida que no estemos viviendo una vida perfectamente «rendida a Cristo». No es el nivel de nuestra fe y devoción la que nos salva, sino el objeto de nuestra fe (Cristo) en quien encontramos la salvación.

2- Otro «evangelio» en nuestro día, predica que realmente no importa lo que creas mientras que seas una persona amorosa y buena. Esto es muy común en las iglesias liberales y contradice el evangelio de la gracia (el único evangelio). Este pensamiento enfatiza que si eres bueno… es suficiente, negando la necesidad de la gracia y de la muerte de Cristo. El evangelio verdadero nos lleva a aceptar nuestro pecado pues si no entendemos cuan extenso es nuestra pecaminosidad, no podremos aceptar y ser transformadas por la gracia de Dios.

3- El tercer tipo de «evangelio» es el que más se parecía al de las iglesias de Galacia. Los falsos maestros en este libro querían que los miembros siguieran ciertos rituales y costumbres con referente a la forma de vestir y a la alimentación. Estas iglesias son aquellas que comúnmente se conocen como «legalistas» e imponen ciertos criterios para contribuir a nuestra salvación y llenan a la congregación de culpabilidad si fallan alguna de ellas.

Al evangelio no se le puede agregar sin contaminar su esencia. Tú y yo vamos a luchar con esto, con agregarle a la obra de Cristo. Yo lo hago cuando mido mi efectividad con lo alcanzado en mi calendario o cuando ataco a los demás cuando fallan. Cada vez que el objeto de éxito reside en mi misma, estoy creyendo otro evangelio. La belleza del evangelio es empañada cuando se vuelve una lista de reglas para seguir o cuando se vuelve una grabadora de culpas y remordimientos que nos repetimos en la mente. La belleza del evangelio se encuentra en forma más pura y es exactamente a lo que Pablo quiere que regresemos. El evangelio no solamente nos salvó una vez pero nos da la fortaleza para seguir adelante y para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios en nuestra vida. Por lo tanto lo que creamos acerca de él es fundamental para nuestro caminar cristiano. Acompáñame las próximas semanas mientras desempolvamos este viejo libro y renovamos nuestro entendimiento de la cruz de Cristo. Te reto a que pongas a un lado cada lista de quehaceres que te defina, y abramos nuestra Biblia para descubrir quien realmente somos en Cristo. Te prometo, que va a ser un regalo que no vas a querer devolver.

La Guerra por Nuestro Corazón

Después de una noche en vela con una bebé que luchó contra el sueño hasta el amanecer…suena la alarma. Es hora de ir a trabajar. En ese momento comenzó la guerra. La guerra por mis emociones…mi corazón…y mis pensamientos. Al instante me digo a mi misma, «Pobresita yo, cuan difícil lo tengo» y en ese momento perdí una batalla. Al alistarme rápidamente me venían a la mente todas las cosas que seguramente irían mal en mi día. Mi jefa tendría 10 reportes de ultima hora para mi y el café de nueces que tomo todas las mañanas seguramente se acabaría justamente hoy. Con una sonrisa forzada me despido de mi familia y continuo mi día. Y aunque aun no había salido por la puerta, había perdido otra batalla.

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Cada momento y en cada instante hay una lucha por tu corazón. ¿Quien reinara en tus decisiones, en tus reacciones y controle tu interior? ¿Quien será el que se lleve la victoria y dirigirá el curso de tu expedición? Sera el Rey Victorioso o los impostores a nuestro alrededor.

Y sutilmente el cansancio se acerca al trono de tu alma y te promete una empatía sin igual. «Es verdad que estas cansada y no es para menos que reacciones mal.»

Pero rápidamente la auto-justicia te llama a una cima y te asegura que eres mejor que los demás. «Si realmente entendieran el valor de tu vida, te tratarían mejor y no sufrirías tanto pesar»

Y las redes sociales te dicen que no haces suficiente para disfrutar de la vida. «Seguramente si fueras como tu amiga Juana, fuera diferente tu caminar.»

En cada instante y cada momento estamos en una guerra y como reaccionamos a los bombardeos determinará quien ganará. ¿Será que Cristo tomara preeminencia o las mentiras de Satanás?

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Así que no importa como halla comenzado nuestra mañana, tenemos todo lo necesario para triunfar. Tenemos a un Salvador que nos promete la paz. Una paz que solo reina donde el reina y que nada en este mundo puede imitar. Así que cuando la vanidad te dispare al mirarte al espejo y te asegure que habrá gozo en la belleza terrenal, recuerda que estas en una guerra y tu felicidad fue comprada por sangre para que en cada circunstancia pudieras triunfar.

Pensamientos Para el «lunes»: Cansancio Espiritual

Los lunes siempre son días peculiares y lo han sido aún más desde que plantamos la iglesia. La energía del fin de semana, la agitación de la preparación nos dejan drenados…cansados y no con mucho ánimo de comenzar una semana «laboral». El cansancio del “lunes” lo sentimos temprano esta vez. Eran las 8PM e Israel y yo apenas podíamos mantenernos alertas y de pie. Ayer Israel predicó acerca de cómo «Caminar en Cristo» y acerca de cuándo nos encontramos desilusionados y agotados porque hemos estado demasiado tiempo caminando en nuestras fuerzas y no en las de Él. Fue un buen recordatorio pero no me impacto realmente hasta luego en la tarde.

Antes de dormir, mientras mis pensamientos me impedían conciliar el sueño, me di cuenta como se aplicaba esto a las últimas semanas de nuestra vida. Me sentía realmente cansada…pero un cansancio que no se aliviaría aunque durmiera 12 horas ni se mejoraría con unas divertidas vacaciones. Mi cansancio era espiritual y solo podría sentirme energizada si Dios mismo infundiera fuerza y poder a mi ser.  ¿Quizás tú lunes luzca más gris de lo normal y el café no soluciona tu desánimo y apatía? ¿Será que estamos más cansadas espiritualmente que nada más? Te invito a que nos acerquemos una vez más al trono de la gracia para recibir el oportuno socorro en este lunes. 

Refrescanos en el Desierto

Tal vez te encuentres una vez más como el pueblo de Israel…caminando en el calor del desierto hacia una promesa que no haz visto pero que crees y con el recuerdo de un obrar maravilloso en tu vida que te confirmó que ibas por el camino correcto…pero aún así es un desierto. Quizás tu propia alma ha comenzado a beber las aguas agrias del desánimo y poco a poco olvidando las promesas de Aquel que con su nube te está guardando. ¿Será una locura emprender esta peregrinación? ¿No estábamos mejor en Egipto donde todo florecía y estaba lleno de esplendor?

Oh Señor, refréscanos en esta sequedad. Recuérdanos que se trata de Tu Gloria y nuestro crecimiento más que de las metas que queramos alcanzar. Se trata de Ti y nosotros sólo somos parte de tu Gran plan, y que alcanzar esta meta no es lo que más deseas, sino nuestro corazón…completamente rendido a tus pies y cautivado por tu esplendor. Refréscanos es este desierto que solo grita «Tu Dios No es fiel» y recuérdanos cuán fiel has sido y que nunca nos abandonarás.

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La Receta para no Desmayar

¡Acabo de descubrir una receta para no desmayar! Llevaba escrita más de 2000 años en el libro de cocina pero recientemente lo había olvidado. Llevaba semanas probando recetas «para no desmayar» de otros libros de cocina pero a todos les faltaba sazón y su sabor desaparecía rápidamente de mi paladar.

La receta de la auto-ayuda era compleja y lucía mucho mejor en la foto que en la vida real. La receta del orgullo era amarga y con demasiada sal. Probé la receta del optimismo pero era empalagosa y me hizo vomitar. Nunca pensé que fuera tan difícil encontrar una buena receta para no desmayar.

Pero entonces miré en mi librero y encontré este magnífico libro de recetas. Nunca me había fallado y no puedo creer que tanto me demoré en consultarlo. Abrí el índice y encontré rápidamente la receta «para no desmayar» era el Salmo 27 y el ingrediente principal se encontraba en el versículo 13.

Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes. Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR. (Salmos 27:13-14)

Fue la receta perfecta y el ingrediente principal de «la fe» le dio un punto perfecto. «La paciencia» le da un buen sabor y «el esfuerzo» le da un magnífico contraste.

Ahora mantengo el libro de recetas cerca para mi próximo plato y tengo marcado en amarillo la receta que salvó mi alma de la desesperación y me dio los ingredientes perfectos para permanecer bajo la presión.

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