Nuevos dientes y Nuestro Consuelo en medio del dolor

La semana anterior nuestra pequeña bebe comenzó una vez más con los dolores de dientes nuevos. Es algo realmente desesperante…me imagino. De repente sus largas horas de dormir se acortaron dramáticamente y su apetito decayó con el mismo ímpetu. Mi pobre bebe. Pero al llegar la noche, no importaba cuanto le doliera ni cuanto le molestara, había un descanso especial en los brazos de mama.

Habían sido días difíciles para mí también pues había notada que el gozo de mi caminar cada día lucia más y más como un lejano recuerdo y sin razón alguna me encontraba desalentada y sin consuelo.

Las dos estábamos pasando una prueba más ella había encontrado un descanso que yo aún desconocía. En medio del pesar, de la preocupación y del desánimo solo buscaba razones para cambiar mi corazón y cuando mis energías e ideas se acababan, terminaba desalentada y cansada de tanta labor.

Cuando mi querido esposo se dio cuenta de mi pesar, se ocupó de la niña y me dio una tarea…buscar a solas a Aquel que me podía consolar. «Pero no entiendes, es que tengo mucho que mejorar en mi vida.», «Si hacemos tal y tal cosa, seguramente estaré complacida». MI corazón luchaba con ese consuelo que luce demasiado fácil para ser la solución y en especial cuando llevamos días convenciéndonos que nuestro mayor problema está en el exterior.

Esa noche mientras la amamantaba y podía ver en sus ojos una paz a pesar del malestar…Dios me trajo a la mente este pasaje, el cual instantáneamente me hizo recapacitar.

«Porque así ha dicho El Señor: «Mamaréis y seréis traídos sobre la cadera, y sobre las rodillas seréis acariciados. Como aquel a quien su madre consuela, así os consolaré yo a vosotros.» Isaías 66:12-13

En medio del dolor, de la duda y del desánimo hay consuelo. En medio de la mediocridad de la vida hay esperanza que reavive y nos da un propósito nuevo. En medio del cansancio esta aquel que nos fortalece. Y en medio de las críticas, hay un amor incondicional que nuestros méritos no merecen.

Y mientras ella cerraba los ojos dormida, yo lloraba por no haber confiado en Dios como ella lo hacía conmigo. Una y otra vez él me ha mostrado su gracia en como transforma mi corazón atribulado y una y otra vez yo intento solucionar mi problema antes de correr a Aquel que está listo para consolarme.

Y casi de repente, la paz de El lleno mi corazón y las dudas acerca del futuro lucían lejanas y con poco valor. Solo queda un dulce recuerdo de un Dios consolador que siempre llega a tiempo y siempre tiene los brazos abiertos listo para amarnos en medio de nuestro lamento.

La Guerra por Nuestro Corazón

Después de una noche en vela con una bebé que luchó contra el sueño hasta el amanecer…suena la alarma. Es hora de ir a trabajar. En ese momento comenzó la guerra. La guerra por mis emociones…mi corazón…y mis pensamientos. Al instante me digo a mi misma, «Pobresita yo, cuan difícil lo tengo» y en ese momento perdí una batalla. Al alistarme rápidamente me venían a la mente todas las cosas que seguramente irían mal en mi día. Mi jefa tendría 10 reportes de ultima hora para mi y el café de nueces que tomo todas las mañanas seguramente se acabaría justamente hoy. Con una sonrisa forzada me despido de mi familia y continuo mi día. Y aunque aun no había salido por la puerta, había perdido otra batalla.

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Cada momento y en cada instante hay una lucha por tu corazón. ¿Quien reinara en tus decisiones, en tus reacciones y controle tu interior? ¿Quien será el que se lleve la victoria y dirigirá el curso de tu expedición? Sera el Rey Victorioso o los impostores a nuestro alrededor.

Y sutilmente el cansancio se acerca al trono de tu alma y te promete una empatía sin igual. «Es verdad que estas cansada y no es para menos que reacciones mal.»

Pero rápidamente la auto-justicia te llama a una cima y te asegura que eres mejor que los demás. «Si realmente entendieran el valor de tu vida, te tratarían mejor y no sufrirías tanto pesar»

Y las redes sociales te dicen que no haces suficiente para disfrutar de la vida. «Seguramente si fueras como tu amiga Juana, fuera diferente tu caminar.»

En cada instante y cada momento estamos en una guerra y como reaccionamos a los bombardeos determinará quien ganará. ¿Será que Cristo tomara preeminencia o las mentiras de Satanás?

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Así que no importa como halla comenzado nuestra mañana, tenemos todo lo necesario para triunfar. Tenemos a un Salvador que nos promete la paz. Una paz que solo reina donde el reina y que nada en este mundo puede imitar. Así que cuando la vanidad te dispare al mirarte al espejo y te asegure que habrá gozo en la belleza terrenal, recuerda que estas en una guerra y tu felicidad fue comprada por sangre para que en cada circunstancia pudieras triunfar.

Sesión de Modelaje de Isabella…Navidad…y los dias agitados

Como les había mencionado la semana pasada en el blog, Isabella gano un concurso y como premio fue la modelo de una sesión de fotos navideñas. Es la primera vez que le tomamos fotos «profesionales» y realmente la experiencia sobrepaso mis expectativas. La mañana del día de la sesión comenzó agitada (como de costumbre). Israel preparaba el carro, yo rápidamente metía en una bolsa alguna ropa navideña (si recuerdan me deshice de casi toda su ropa la semana anterior…leer mas) mientras Bella lloraba pidiendo atención. ¿Alguna vez has determinado que tipo de día va a ser dependiendo de cómo comienza? Yo hago eso a menudo y Dios me sorprende muchas veces con mañanas desastrosas convertidas en días fabulosos. En realidad mucha de la agitación y el «estrés» que experimentamos es transformada cuando nos recordamos de la soberanía de Dios en cada aspecto de nuestras vidas…hasta una sesión de fotos. No hay nada muy insignificante para El y mientras manejábamos rumbo a las fotos e Isabella lloraba de sueño…le pedí al Señor su favor. Y él me escucho. Él siempre nos escucha y convierte nuestro afán en paz. ¡Fue una experiencia maravillosa! Les comparto algunas de las fotos que nos tomamos por «Sweet Dreams Photography«. Abajo está la información de la fotógrafa que nos tomó las fotos. Si vives en Miami, te recomiendo que la llames para tus fotos de Navidad.

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http://www.facebook.com/p.sweetdreams13

Ahora al mirar las fotos pienso…fue un día atareado pero Dios nos guio y valió la pena.

Organizando la casa pastoral: el techo

Esta semana que paso nuestro hogar ha estado lleno de mucha conmoción. Por fin pusieron el techo a la adición en construcción.  Hay algo de esos palos y martillazos que me llenaban de anticipación. Que lindo es ver una obra progresando en su construcción. Ver como de la nada se va formando lo que habíamos visualizado y aunque esté llena de ruino y arduo trabajo…nunca es en vano.

Isabella no se sentía igual de motivada. 😉 Los ruidos de la mañana interrumpían su horario de descanso. Ella no entendía que toda esta conmoción es parte de un obra inteligente y extraordinaria… que estamos preparando un lugar para sus abuelos y que pronto ella tendría su propio cuarto. Ella no entendía que el poner este techo puede molestar nuestro diario vivir pero es importante y que su recompensa no es comparable a nuestro sufrir.

Y lloraba y guiñaba ambos ojos, molesta de que no pudiera en ese momento descansar y entre más la observaba me daba cuenta que así mismo soy yo con las cosas que no puedo explicar. ¿Para qué tanto dolor y sufrimiento? ¿Para qué tanto ajetreo sin descanso y sin remedio? Cristo está poniendo el techo a mi vida en construcción y aunque parezca fastidioso, es maravilloso a los ojos del Gran Constructor.

«Estando convencido de esto: que el que en vosotros comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. » Filipenses 1:6

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Un Amor Inconveniente

Ya es la tercera vez esta noche. Después de mecer a la pequeña por varios largos minutos intento acostarla en su cama. No me he alejado dos pasos y la escucho llorar. «Este comportamiento no es normal de su parte» es mi mejor intento para justificarla pero la realidad es que mi corazón palpita rápidamente pensando en el mundo de preocupaciones que me esperan afuera de su recámara. Esto es la maternidad. Pero más que la maternidad es la experiencia de amar incondicionalmente a aquellos que nada aportan a nuestra comodidad.

Es una gran inconveniencia amar de forma incondicional. Es una gran inconveniencia responder a esa llamada en la hora más cansada de tu día, de escuchar una y otra vez las quejas de aquellos que poco hacen para mejorar su vida. Es una gran inconveniencia.

Estas preguntas Dios me ha estado trayendo a la mente en estos últimos días. ¿Los amarás como yo te he amado? ¿Les extenderás la misma gracia que yo extendí por ti en el calvario? Es realmente inconveniente. Pero no tan inconveniente como le fue a Cristo bajar y ser humano. Y no remotamente tan doloroso como los clavos que traspasaron sus pies y lanza que traspasó su costado.

¿Quien es tu amor inconveniente? La persona con la que una y otra vez justificas tu indiferencia y a la cual rechazas a favor de tu conveniencia.

Tristemente he desarrollado una lista a través de los años y en estos pasados días, Dios me ha convencido que esta mediocridad en amar es pecado.

Te pido Señor que muevas en mi una nueva apreciación por tu sacrificio el cual me impulse a amar a pesar de la dificultad y a pesar de mi cansancio. Que mis sonrisas sean genuinas y que mis abrazos estén llenos de sinceridad. Que a las personas que has puesto en mi camino las pueda siempre amar aunque sean una inconveniencia.

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